martes, 20 de mayo de 2008

Catador de la Vida

En una vida donde el descanso es un lujo, en donde los sueños se evaporan para dar paso a una pausa oscura, en estos tiempos con solo fines, sin medios, en ese escenario nos toca actuar, cada día la obra se torna más ligera, más superficial.

En cada espacio que me ofrecen mis actos respiro la vida, la percepción, la alegría, el dolor, el placer y los perfumes. En un cuadro acelerado logro sentir la frescura de la brisa que se escurre por el bosque.

Hermoso se torna lo otrora incómodo, el martilleo del herrero, los gritos en el mercado, el hedor de los callejones. A veces es antojadizo el sentimiento de asco, mas no lo desmenuzamos, no lo destruimos, no hacemos nada con él hasta que ya es tarde, hasta que ya lo perdemos.

La vida es un tejido, cada acto es un hilo que la aguja de los segundos se encarga de juntar. Es fresca sin duda la brisa y el mar, el fuego y la montaña, el ave y el pantano.

Por qué te cuesta tanto sentirlo, leña, das vida pero no la recibes, otoño, no te dejes llevar por el viento si una huella no queda por donde pasas. Vivo, exprimo ese instante tan tenso, aflójate bestia, sal del laberinto para que escudriñes el tesoro.

Fresco estoy en este pequeño instante, he vivido y pronto este soplo perecerá, acaso estoy listo para darle vida al siguiente. No importa si he de tener miedo, esa será la señal de que ha nacido.

Mauro Trigueros Jiménez

1 comentarios:

Grin dijo...

"La vida es un tejido, cada acto es un hilo que la aguja de los segundos se encarga de juntar"

Excelente metáfora. Muy buena creación el texto completo!